Sunday, March 30, 2014

Madrid en Madrid

A veces Madrid es duro como el hielo
y deja ver, transparente, las letrinas,
las arrugas, los pañuelos.

A veces Madrid es extranjero
y queda lejos de mí,
como arena diluida bajo las olas.

Emborrona primero una pierna,
un codo, un brazo,
una palabra, una ceja.

A veces Madrid se evapora en Madrid
y deja solo una niebla,
te deja sola en la niebla. Sin pierna, codo, brazo o ceja.

A veces no es Madrid en Madrid,
sino el año: pesado, arisco, abrupto
hecho de rotulador permanente.

Monday, March 10, 2014

Las hojas vivas

Pasé meando el puente de Brooklyn y no digo orinando
La selva, ruidosa y densa, menos que mi selva
Surqué al revés Müllerstrafe cuando la noche hizo de los perros, policías
y no me cortaron la mano desde el autobús de Frontera Corozal

Salté por las cataratas de Eyipantla durmiendo a los guerreros
y sobrevolé, inmaculada en sari, las calles de Fangani.
La sangre se llenó de uñas en las escaleras de Nothing Hill,
buscando sombra y cuerpo.

Perseguí a los bárbaros y no digo viajeros en Lakandona.
Subí el Pacaya sujetando minerales y garrotes en las manos,
nadé cortándome las piernas entre tortugas en las playas de Oaxaca
y hasta sonreí bajo torres de cerveza en el boulevard de Veracruz

Una oruga del desierto creció en mi pantalón
tras los entrantes de peyote y atún entre arándanos y aguaceros
y de la tierra el arco-iris y de la lluvia el
Y de la lluvia el funeral.

Salí ilesa del velorio y recorrí las calles de Beacon Hill
bailé Goran Bregovich en el Village
y maché de vino el barrio hipster y casi vomité sobre el circo
de poesía que se ha convertido ahora en jazz

Follé en varios rincones de París, la nuit
y aguanté la respiración en el Faubourg Saint Antonine
En Pere Lachaise me escondí junto a los grandes
para salir nuevamente ilesa en Bastille.

Sucumbí a las ratas que venden humo en la calle SinEsperanza
fumé mirando las sillas eternas, escuchando el fin
Saqué todavía las piernas para calentarlas en Dogville
y cuando no pude, me hice telaraña y, enganchada, sobreviví.

JA

La carcajada atravesó la capa de sueño y la convirtió en vigilia gracias, amiga sonó como un crujido de crocanti, quebrando el mol...